Recuerdo los tiempos en qué, por el bien del Barça, el presidente Núñez y el entrenador Cruyff sintonizaban a la hora de fijar un límite salarial para cada jugador. El criterio estaba claro, consensuado y pensado por el bien del club, deportivo y económico. Tras el festín de Laporta, que entró prometiendo recortar sueldos de jugadores y acabó haciendo multimillonarios en euros a todos los que pasaron por su despacho, una de las tareas más difíciles para Rosell y sus hombres es intentar poner las cosas en su medida. El precio justo. En este sentido, me preocuparía que Bartomeu, Zubizarreta y Guardiola no trabajasen al unísono para saber hasta cuando puede llegar a ganar Sergio Busquets o Dani Alves. Pero, por suerte, no es el caso. Cuando el Barça le hace una oferta a Alves, es firme. A partir de ahí puede aceptar modificaciones en la forma de pago, puede ser flexible en los períodos y condescendiente con los flecos, pero directiva, secretaría técnica y entrenador han valorado lo que aporta y lo que significa el jugador para el equipo y, en función de eso, hacen la mejor oferta posible para satisfacer al jugador. No hay, ni ha habido, segundas ofertas. Continua llegint «Dani Alves, una altra versió»